Recuerdo los tiempos donde sorprendieron los VHS y el fenómeno del cine hogareño con las videocaseteras. Era 1987 y se pronosticaba el fin del cine como espectáculo de sala. No solo que esto no ocurrió sino que luego supe que muchas veces antes se había atravesado por el mismo temor. Pero el cine tiene esa fuerza que le hace el arte cultural por excelencia desde los años 1920 hasta hoy.

En los 50, cuando la televisión empezaba a robar espectadores ´con programas de entretenimiento y pasando películas, el cine respondió con tecnologías novedosas. Así aparecieron las pantallas con efecto panorámico -el cinemascope- y el supercolorido que trajo el tecnicolor. La TV debió rendirse porque era aún blanco y negro y en apenas 20 pulgadas…Este film es de esos años. Y estamos ante una de las más bellas muestras estéticas de esa técnica que recargaba la pantalla con tonalidades puras y matices. Colores esmeralda, bordó, rosa, amarillo…todo parece estar lleno de vida. Si a esto le sumamos la trama desbordante de comicidad tenemos una pieza encantadora. Puro néctar para cualquier paladar.

Un gracioso y misterioso mago –Kazah- presenta su espectáculo en el desierto. Luego del show sufre el ataque de las tropas de Hamid, que secuestran a sus bellas bailarinas, dos delas cuales compiten por el corazón del mago.

Kazah sigue la pista de los bandidos y llega hasta Bagdad. Allí llega justo durante su venta como esclavas. Se queja pero no puede evitar que las compre el sultán El Malid. Este es un rechoncho personaje al que su consejero, el visir Sorodin mantiene bajo su control entregándoles mujeres para satisfacerle. Cuando Kazah es perseguido por los soldados del visir es rescatado por un grupo misterioso que le lleva a salvo y le explica que responden al ex sultán Ahmand el Justo, a quien El Malid le arrebató por la fuerza el trono y cree muerto. Estos le cuentan que el visir es en realidad quien manda y quien envía esos bandidos a asaltar las caravanas.

El mago se empeñará en rescatar sus bailarinas con la ayuda de los rebeldes, sirviéndonos en bandeja una pieza exquisita que merece deleitarse.

La sirena de Bagdad (Siren of Bagdad) tuvo dirección de Richard Quine y guion de Robert E. Kent y Larry Rhine. La banda sonora apenas participa en los momentos más desbordantes de acción y está a cargo de John Leipold y la fotografía es de Henry Freulich.

En el reparto brillan Paul Henreid, Patricia Medina, Hans Conried, Charles Lung, Laurette Luez, Anne Dore, George Keymas, Michael Fox, Karl 'Killer' Davis y Carl Milletaire.

Un film de un estudio más pequeño, el Esskay Pictures Corporation sin que podamos dejar de hablar de superproducción.

LA SIRENA DE BAGDAD (1953):